domingo, 23 de enero de 2011

MUNDIALITO DE LA INMIGRACION INTERCAMBIO CULTURAL

Dominicana gana por cuarta vez el Mundialito de la Inmigración
EFE | MADRID

El equipo de la República Dominicana conquistó por cuarta vez el Mundialito de baloncesto por la Inmigración, al vencer en la final del torneo por 72-61 al de Ecuador en Madrid.

El encuentro contó con la presencia de numerosos aficionados de ambos países en el polideportivo Antonio Magariños.

Participaron en el torneo 210 inmigrantes pertenecientes a 12 equipos masculinos y 2 femeninos de doce países diferentes. En total, desde que la Comunidad de Madrid puso en marcha este programa en el año 2007, más de 800 inmigrantes han participado en este Mundialito, que pretende integrar a los inmigrantes de la región a través del deporte.

El ganador de las tres anteriores ediciones fue también la selección de República Dominicana.

La directora general de Deportes de la Comunidad de Madrid, Carlota Castrejana, presidió el domingo la ceremonia de clausura y el partido final de este Mundialito, en el que participan doce equipos masculinos y dos femeninos.

El objetivo de esta iniciativa es la integración intercultural y la mejora de la convivencia, así como fomentar la práctica deportiva y el ocio activo, y desde su puesta en marcha en 2007 han participado en la misma más de 800 inmigrantes.

En la categoría masculina han participado 12 selecciones de inmigrantes que han representado a sus respectivos países: Bolivia, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Marruecos, Polonia, República Dominicana, Uruguay, Argentina, Filipinas y Venezuela.

La competición femenina ha contado con la participación de dos equipos: Bolivia y República Dominicana.

La Comunidad de Madrid ha destacado que el Mundialito de fútbol, con las mismas características y objetivos que el de baloncesto, alcanzó el pasado mes de junio su octava edición y ya es un clásico entre la población inmigrante que reside en la región.

INDEPENDENCIA ES UNA COSA Y LA ERRADICACION DE LA ESCLAVITUD ES OTRA

La Independencia es una cosa y la erradicación de la esclavitud otra

Es incontrovertible que la primera independencia dominicana fue de 1821
Escrito por: Tirso Mejía-Ricart

He leído con interés el artículo del buen amigo y colega médico e historiador Santiago Castro Ventura (“Hoy” 23-12-2010), en el que discrepa de mi comentario sobre el olvido del Gobierno y el público de la llamada Independencia Efímera del 1821, porque ésta fue la primera que en realidad se produjo.

Esa posición suya no es nueva, pero resulta más ideológica que científica. En realidad, en toda sociedad hay una Infraestructura Económica, determinada por las técnicas vigentes de producción y gerencia de bienes y servicios; de ésta se deriva la Formación Social, que define los roles, derechos y deberes de sus miembros en función de esa economía; la Estructura Político-Jurídica, que determina las jerarquías y relaciones entre sus integrantes y el mundo exterior, por lo general bajo la forma de un estado-nación; y finalmente una Superestructura Ideológica o Cultural, que define las creencias, valores y normas de acción dominantes en esa sociedad. Obviamente, tanto la infraestructura económica, como la superestructura cultural, pueden sufrir modificaciones tanto desde dentro como desde fuera de la sociedad, y ambas influyen sobre la Formación Social y el ordenamiento político-jurídico, y de esos entre sí.

Por tanto, una cosa es la independencia de un país, que implica un cambio en su ordenamiento político jurídico que lo convierte en un estado-nación, y otra su formación social, que incluye y los derechos civiles y la eventual esclavitud. Decir lo contrario es ideologizar la historia.

La independencia de América la protagonizaron miembros destacados de la aristocracia criolla, muchos de ellos esclavistas, aliados a curas patriotas de provincia: Washington, Jefferson, Miranda, Bolívar, Santander, Hidalgo, Morelos, Iturbide, O’Higgins, San Martín, Artigas, Pedro I y Céspedes, fueron ejemplos de ello. Núñez de Cáceres no fue una excepción.

Por su parte, la manumisión de los esclavos en América se produjo antes, durante o después de la independencia de sus naciones. Fue algo diferente, que no le quita importancia. De hecho, podemos constatar que se produjo en momentos distintos a ésta: Argentina, 1813; Venezuela, 1816; Colombia, 1821; México, 1829; Estados Unidos, 1865; Cuba 1870 y Brasil, 1888.

Sin duda que si Núñez de Cáceres hubiese cumplido de inmediato su promesa al Batallón de Morenos, de decretar la manumisión y no dejarla para después, le hubiese sido más difícil a Haití del 1822 invadirnos dos meses después, tal como hicieron los trinitarios en 1844 al pactar con los Puello y Santiago Basora lo que contribuyó al éxito de la Separación.

Es incontrovertible que la primera independencia dominicana fue la del 1821. En 1844 hubo la Separación de la integración forzosa con Haití y en 1865 triunfó la Restauración. Duarte, Sánchez y Mella merecen ser los padres de la Patria por protagonizar la epopeya que encarnó la nacionalidad dominicana, como Bolívar es el Libertador de Venezuela, aunque no declaró la Independencia.

Para el mulato Boyer, “la Parte del Este”, de mayoría mulata, aportaba el balance étnico que le permitiría mantenerse en el poder indefinidamente, en aquel Haití de grandes enfrentamientos entre negros y mulatos.